El martes pasado, nos fuimos de excursión al Centro de Naturaleza "La Juliana". ¿Queréis que os cuente lo suuuuperdivertido que fue?
Los primero fue montarnos en el bus cargaditos de nervios. El viaje se nos hizo un poco largo, y eso que no estaba muy lejos, pero es que estábamos deseando llegar. Allí nos recibieron nuestros monitores, que por cierto fueron muy amables. Al llegar, cogimos fuerza, la mañana iba a ser larga y emocionante.
Después de desayunar, nuestros monitores nos acompañaron a dar una vultecita por el parque y estuvimos explorarlo hasta que encontramos nuestro destino: La tirolina. Nos pusimos nuestros arneses y ¡a volar!
Luego practicamos el tiro al mamut y, cuando terminamos, nos dirigimos a una cueva prehistórica, donde un hombre de las cavernas nos contó cómo vivían dentro de ella, cómo hacían fuego, de qué se alimentaban, cómo cazaban y sus obras de arte en la pared.
Pero no creáis que todo acabó aquí. Como buenos exploradores y expertos en huesos que somos, estuvimos desenterrando ni más ni menos que ¡huesos de dinosaurios! Había craneos, algún que otro fémur, húmero, vértebras... Pero, no solo con palas, sino con todo el instrumental utilizado por verdaderos arqueólogos. Hasta teníamos unas lupas para verlos más de cerca...
Tras este duro día de trabajo y diversión, volvimos al cole con muchísimas ganas de contarle a todo el mundo todo lo que habíamos aprendido hoy y es que... no se vuela, de desentierra dinosaurios y se caza a un mamut todos los días...
Ni que decir tiene, que alguno que otro se echó una siestecita de vuelta al cole. Esa noche, creo que durmieron todos bastante bien. Al menos yo, caí rendida.