UNA VISITA INESPERADA

   Qué mejor manera de aprender sobre los bebés que ver uno en directo. Un día, sin esperarlo, tuvimos una visita muy agradable. La abuelita de Hugo A. vino a vernos pero ¡no vino sola! No os lo vais a creer,  vino con un bebé, la hermanita de Hugo. Así que un lunes, bien tempranito, la teníamos en la puerta de la clase.

  Vino en sentada en su carrito y estaba muy despierta. Primero fue a visitar a la otra clase de 4 años, porque nosotros estábamos en Inglés pero, cuando acabamos, entró a vernos. Como no esperábamos su visita, no pudimos preparar unas preguntas para hacerle a la abuela de Hugo pero no nos hizo falta, nuestros niños son buenos exploradores.

   Lo primero que queríamos saber es si era niño o niña y cuando nació. Por lo visto, mientras nosotros estábamos pensando en irnos a la playa, ella estaba viendo la luz del día por primera vez. Solo tiene 4 meses, pero está grandota. Comprobamos si tenía dientes, porque no estábamos muy seguros de si a esa edad ya tendría o no. Pero no vimos más que su encía, aunque dice su abuelita que ya están apunto de salirle. Yo creo que no le hizo mucha gracia que le metiera el dedo en la boca, porque empezó a llorar. Para calmarla, la abuelita la cogió y la meció y le cantamos una nana a ver si hacía efecto. Se ve que le gustó que le cantásemos.

La abuela y la hermana de Hugo A. 

 Como no vimos dientes, pensamos que tomaría leche y, efectivamente, es lo que toma. Aunque le gusta del pecho y del bibi y ya toma hasta cereales. Después le pedimos que nos enseñara su ombliguito porque, según estamos estudiando, todos tenemos ombligo, es la marca del cordón umbilical. La abuela nos contó que a la semana de nacer se   le cayó.

   También quisimos verle los pies al bebé. ¡Eran enanos! y estaban taaaaan suaves. Por lo que se ve tiene cosquillas en los pies, porque cuando se los tocamos empezó a llorar.

   También nos enseñó su mochila. Estaba llena de cosas para bebés: un biberón, un body, más ropita y hasta pañales superpequeños. Pero no tenía chupe así que le preguntamos por qué. La abuela nos dijo que no le gustaba. Al parecer a algunos bebés no les hace mucha gracia tener el chupete. Cuando pasó un rato, el bebé empezó a cansarse y se puso a llorar. Hugo nos dijo que le gustaba mucho la canción de "Cumpleaños feliz" (¡qué cosas!) y cuando se la cantamos se calmó un poquito, pero al rato siguió llorando. La abuelita nos dijo que seguramente tenía sueño, así que la puso en el carrito y la meció un poco. ¡Fue mano de santo! En un plis plas el bebé cayó rendido así que, todos calladitos, les dijimos adiós y les dimos las gracias por venir a vernos.

¡La de cosas que aprendimos en un ratillo!