Nuestra última excursión del curso fue a la Casa de la Ciencia para ver el planetario y hacer un taller sobre el espacio, centrado en la Luna. Fue un día genial. Os lo cuento.
Sobre las 9,30 de la mañana, y con los nervios a flor de piel, subimos al autobús que nos llevaba a la Casa de la Ciencia.
En poco tiempo llegamos a nuestro destino. Allí nos recibieron nuestros monitores. La clase de 4B se fue al planetario y nosotros empezamos con el taller del espacio.
Lo primero que hicimos fue sentarnos en círculo, donde, con unas pelotas gigantes nos enseñaron cómo la Tierra se movía alrededor del Sol y cómo iba la Luna, pasándonos la pelota de la Tierra.
También nos dieron unos libritos en los que se podían pasar las páginas muy deprisa y ver cómo la Luna iba creciendo y decreciendo hasta llegar a la Luna llena y nueva. Si lo pasábamos muy rápido parecía una peli.
Luego estuvimos viendo unos vídeos del despegue de un cohete, donde las monitoras nos contaban cómo se llevaba a cabo mientras los iban parando para que los viéramos bien.
Cuando terminamos de ver las partes de un cohete y cómo conseguía despegar, no dirijimos a las mesas para hacer nuestro propio cohete con cartulina, cartón, ceras y pegamento.
Cuando nuestros cohetes estuvieron listos, estuvimos aprendiendo acerca de los cráteres, sobre cómo se formaban y vimos fotos de los cráteres de la Luna. Después de eso, nos dieron unos platos con polvo de Luna (harina) y unas canicas. Si las tirábamos desde arriba como si fueran meteoritos podíamos formar cráteres en nuestras lunas.
También vimos un vídeo de Amstrong bajando a la Luna desde el Apolo 11. Les enseñamos a las monitoras todas las cosas que habíamos aprendido en el cole y nos dijeron que éramos unos expertos en la Luna. Se nos hacía tarde, así que guardamos nuestros cohetes y nos dirijimos al planetario, donde nos estaba esperando otro monitor.
Tuvimos que subir unas escaleras hasta la planta de arriba y, en una de las salas, nos esperaba nuestra siguiente parada: El Planetario. Entramos en la pequeña sala y vimos la cúpula y los asientos en el suelo. Nos tumbamos en ellos y vimos las proyecciones la mar de agusto.
Como ya nos sonaban las tripas del hambre que teníamos, tras el planetario bajamos al jardín que hay fuera de la Casa de la Ciencia y desaynamos allí. Comimos galletas con y sin chocolate, zumos y batidos:
Tras reponer fuerzas, volvimos a entrar para dar una vuelta por todas las salas. Vimos los cetáceos y sus esqueletos, las vitrinas de insectos y la exposición temporal.
En las vitrinas había desde escarabajos, mariposas y libélulas hasta arañas, abejas y escorpiones. Además había también una colección de esculturas de insectos, que no pudimos evitar tocar y ver muy de cerca.
Y, como no, a la salida, cansaditos de un día tan ajetreado, nos echamos una fotito de grupo.
Por cierto, se me había olvidado contaros que nos felicitaron por lo bien que nos habíamos portado y hasta el joven de seguridad decía que ¡qué niños más buenos habían ido!. Así, que volvimos contentísimos.
Al día siguiente de la excursión, hablamos en la asamblea de todo lo que habíamos hecho, lo que habíamos aprendido, qué es lo que más nos había gustado. Había respuestas de todo tipo, desde el autobús, las ballenas, el planetario, los cohetes, los insectos... y aprovechamos para plasmarlo:
Desde luego, los dibujos no tienen nada que envidiarle a las foto, ¿qué opináis?